En el diseño de la propiedad conocido como La Granja hotel, que incluye el caserío de seis habitaciones, una piscina y cocina, Armin Fischer de Dreimeta Design Studio, honra la simplicidad rústica, el crecimiento y la decadencia, la modestia y la intransigencia.
Arquitectónicamente hablando, Armin Fischer se inspiró en los principios japoneses de wabi-sabi al convertir la centenaria casa de piedra que delimita la propiedad. En tanto, la transformación de La Granja es mucho una «conservación» como una «renovación» a la vez.
En su diseño de interiores, este hotel boutique, presenta una inquebrantable lealtad a la artesanía y a los materiales locales que han sido usados en abundancia.
Para los huéspedes, el aspecto más atractivo del diseño dentro del espacio, es la simplicidad del diseño, acabados y mobiliario que reflejan comodidad y su facilidad de uso. El concepto se centra en la idea de «Back to Basics», eliminando lo no esencial y concentrarse en los elementos naturales y la belleza de imperfecciones.