Tras más de tres años de obras y especulaciones, en octubre abrirá por fin Soho House en Barcelona, un “club privado con habitaciones” (que no hotel, insisten) situado en un edificio histórico de la plaza Medinaceli, de cara al mar y de espaldas al Barrio Gótico. Con dos restaurantes, una zona de gimnasio, otra de spa y la famosa piscina en la azotea. El club es básicamente un restaurante abierto todo el día donde se sirven desayunos, comidas y cenas.
El de Barcelona es un espacio luminoso en la quinta planta de un antiguo palacete del siglo XIX con vistas al Port Vell. El diseño del nuevo edificio es obra de Nick Jones, de la directora ejecutiva de diseño de la empresa, Vicky Charles, y del director de diseño europeo James Waterworth. Todos ellos se inspiraron en un diseño clásico catalán con influencias de la arquitectura gótica y techos abovedados de doble altura.
Las habitaciones presumen de un aire moderno a la par que rústico, con colores cálidos y mediterráneos y telas estampadas con diseños típicos españoles. Y el spa, se inspira en una farmacia barcelonesa de los años 80 y alberga una gran bóveda.
El mobiliario se compone de una amalgama de piezas europeas de mediados de siglo, antigüedades locales y diseños a medida por parte del equipo de Soho House.