Ubicado al borde del agua en el puerto en Barcelona, el interior recrea una ola a punto de romper y envuelve a los clientes en un ambiente marino lleno de matices y reflejos.
El local que contiene la coctelería BLUE WAVE posee una morfología muy peculiar. Situado al borde del agua, tiene una forma alargada, de tubo, con su fachada más larga orientada hacia el oeste. Posee una estructura liviana pero con un ritmo muy marcado que le otorga dinamismo. La celosía de hormigón blanco que lo envuelve crea al atardecer un juego de luces y sombras que recuerda al reflejo de la luz en el agua.
Para recrear la sensación de la ola en el interior, se utilizaron elementos de tamaño pequeño y reflectante. Se decidió destacar el uso de un solo material en suelo, pared y techo de modo que unificase el espacio y potenciase la sensación de envolvente: Se escogió la cerámica por estas cualidades y por su relación con la arquitectura del mediterráneo. Las piezas cerámicas empleadas se crearon de forma artesanal por una empresa de Barcelona específicamente para el proyecto.
La gama de colores transita desde el azul oscuro hasta el blanco, incorporando de esta manera la celosía de hormigón de la fachada del edificio como remate al espacio azulado, como la espuma a la ola.
Los elementos dorados que aparecen en el espacio como remates recuerdan a los reflejos del sol en el agua.